Su Abogado es su única defensa
“¿Para qué vas a ir a ver a un Abogado? ¡Te va a sacar la plata!”
¿Alguna vez había visto a su empleador tan preocupado por su dinero? Seguramente él sí tiene un Abogado (y bastante caro). ¿Ud. se preguntó alguna vez por qué la empresa “tira la plata en Abogados”, mientras a Ud. le sugieren que no lo haga?
“Mirá, para que vos no gastes en Abogado, el mío pone un colega del Estudio que va a firmar como que te patrocina a vos, y listo.”
¡Pero qué “macanudo” que es el Abogado de la empresa! ¿No habrá algo raro?
“Yo no necesito Abogado. Voy a ir yo mismo a hablar”
¡Grave error! Nadie conoce mejor que su Abogado cuáles son sus derechos. Es muy probable que, por desconocimiento, Ud. se quede sin hacer valer algunos de ellos. Incluso, si tiene que negociar por sumas de dinero, es casi seguro que, aunque tenga que deducir los honorarios de su Abogado, termine obteniendo mejores resultados que por su propia cuenta.
“Tengo miedo de ir a ver a un Abogado y que se enteren en la empresa y me echen”
Cuando el trabajador se ve en la necesidad de ver a un Abogado, generalmente es porque su situación ya es de por sí complicada. Muchas veces es muy conveniente que sea el trabajador quien inicie el “intercambio telegráfico”, porque sólo por esa razón puede ser acreedor a mayores indemnizaciones. Ante la sospecha de que la empresa esté por tomar alguna decisión a su respecto, no dude en consultar. La última decisión siempre es exclusivamente suya.