Especial para Profesionales en relación de dependencia

Es muy habitual que los profesionales (universitarios o no) no sean conscientes de que son trabajadores dependientes, con todos los derechos que les acuerdan las leyes laborales.

Quizás esto se deba a una herencia cultural que viene de la primera mitad, o incluso algo más, del Siglo XX, en que la gran mayoría de Médicos, Arquitectos, Ingenieros, Contadores e, inclusive, Abogados, ejercían su profesión en forma liberal.

Sin embargo, hoy en día esto ha cambiado: muchos profesionales, la mayoría de ellos, jóvenes (aunque no todos) trabajan para organizaciones empresarias de mayor o menor estructura: Estudios de Arquitectura, Contables o Jurídicos, Clínicas y Sanatorios, etc.

La falta de consciencia respecto de la calidad de dependiente mencionada al comienzo es, por supuesto, muy bien recibida por estas empresas, que mantienen un plantel de personas altamente calificadas, de muy buena presencia y alto nivel cultural, pero a las que no retribuyen en proporción con lo que esas personas entregan a cambio.

Más claramente: El profesional suele comprometerse con su tarea más que ningún otro trabajador: ha elegido su carrera libremente, transitado largos años de facultad, academia o institución similar, costeado sus estudios con el esfuerzo propio y de sus familias y, finalmente, alcanzado el grado para poder ejercer con vocación aquello para lo que se ha preparado. No tiene límites horarios, lleva el trabajo a casa y es y se hace responsable del mismo.

¿Recibe el equivalente a cambio de lo que brinda? ¿Cuántas veces hemos visto Técnicos y Arquitectos con sueldos miserables? ¿Cuántos Médicos siguen trabajando para Clínicas y Geriátricos pobres, pero de dueños ricos, incluso con 6 o 7 meses de salarios atrasados?

El Derecho del Trabajo no distingue entre trabajadores sin ninguna calificación y el profesional más especializado. Su protección alcanza a todos los niveles de personas cuyo trabajo sea aprovechado económicamente por otro, aunque tenga autonomía intelectual o un mayor nivel de ingresos. No permita que sujetos inescrupulosos se alcen con el fruto de su esfuerzo. Defiéndase y defienda su profesión: Reclamar lo que es suyo no es rebajarse, ni debe ser motivo de deshonra, sino más bien todo lo contrario. Ellos no dudan en repetir la trampa y enriquecerse a costa suya y de sus colegas.